¿Por qué comemos de manera emocional?
En esta vida ajetreada llena de estrés, ansiedad y soledad, la comida se vuelve nuestro mejor amigo para lidiar con las emociones. La comida puede ser el único aliado que has tenido para pasar por los momentos difíciles. Sin embargo, es importante encontrar formas distintas de lidiar, nutrir y resolver los problemas que causan las emociones. La comida puede apaciguar los sentimientos en el momento pero no ayudará a resolver el problema.
Primero que todo es importante curar los efectos de la restricción de alimentos, que tienen consecuencias psicológicas y biológicas. Muchas personas no saben “por qué” están comiendo. Muchas personas buscan la comida en momentos emocionales, para otros no está tan claro el porqué buscan la comida. No están conectados con sus emociones o tienden a ignorar los sentimientos incómodos, que lo que utilizan para lidiar con ellos es la comida.
La comida se puede utilizar para lidiar con las emociones, no para calmar el hambre biologica sino el hambre emocional. El hambre emocional es desencadenado por sentimientos, por ejemplo: tristeza, enojo o aburrimiento. No por hambre biológica.
Comer puede ser una de las experiencias más emocionales que tenemos en nuestras vidas.
Empieza en el momento en el que nacimos y nos ofrecen el pecho de mamá o una botella para alimentarnos, sentirnos seguros y calmar el llanto.
Se refuerza cada vez que comemos queque para celebrar
Vamos a la casa de nuestra abuelita y nos da galletas
Salimos a comer para celebrar nuestros éxitos
Los comerciales llegan a nuestras emociones
Romance con una taza de café
Hacer a alguien feliz con una caja de chocolates
Cada vez que tenemos algún momento importante en nuestra vida y lo celebramos con comida esa conexión emocional se profundiza. O cada vez que utilizamos la comida para calmarnos o solucionar algún problema.
La comida es amor, confort, amistad, recompensa, es celebración. Muchas veces, la comida es nuestro único aliado en momentos de dolor y soledad.
Comer de manera intuitiva significa aprender a ser gentil y amable con uno mismo de la manera en la que utilizas la comida y dejás atrás la culpa. La alimentación intuitiva te ayuda a saber distinguir entre comer de manera emocional o porque es una respuesta biológica y psicológica de la restricción.